Los efectos que genera el marketing
En el marketing se trata de buscar una relación vendedor-comprador por la cual, se le acabe convenciendo al comprador de que necesita el producto que se está vendiendo. Cuando se consigue vender el producto, se considera que el marketing ha sido positivo. Para llegar a eso, muchas veces se tira por publicidad o mensajes que calen entre los consumidores, llegando a provocar unos efectos mentales entre el consumidor y el producto.
Uno de ellos es por ejemplo el efecto halo. El efecto halo hace referencia a los errores que cometemos al juzgar algo que no conocemos. En términos de marketing, se juega con el hecho de ya conocer un producto y su calidad, para vender otro producto similar o de la misma marca.
El efecto bandwagon hace referencia a subirse al carro de los vencedores. En términos de marketing, quiere decir que iremos a comprar un producto que sabemos que ha tenido muchas ventas y un gran éxito entre los usuarios, pensando así que es bueno y necesario. Muchas publicidades encabezan sus anuncios con el calificativo de “número 1 en ventas” por ejemplo.
En el efecto Pigmalión se juega con los sentimientos y actitud del usuario, haciéndolo creer que es diferente al resto y que por ello, necesita un servicio o producto mejor, que es el que nos tratan de vender. Así, haciéndonos sentir especial, querremos eso que tanto nos merecemos.
Por último, tenemos el efecto señuelo, que puede ser más conocido. En este caso, lo que se hace es ofertar un producto que sea peor que uno y mejor que otro, para que así nos decidamos por el primero. Esto suele pasar cuando estamos muy dudosos entre dos productos, y puede ocurrir que ante la duda no decidamos quedarnos con ninguno, por lo que el producto señuelo conseguirá que nos decidamos.
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